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20 errores de entrenamiento que cometía en mis 20s y hoy evito en mis casi 50
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En septiembre cumpliré 49 años.
He pasado por muchas cosas en esta vida. A todos los niveles.
Y sí, el medio siglo está al caer… pero te digo la verdad. Me encuentro en la mejor forma de mi vida, física, mental y emocional.
Llevo entrenando más de 30 años. Y ayudando a otros una década.
He probado casi todo lo que puedas imaginar: rutinas, estilos, gadgets de teletienda... hasta probé una vez el “Ponte en forma con la Wii” junto a mi mujer… 😄
Y sí, he cometido errores. Muchos. Demasiados. Más de los que puedo contar y de los que caben aquí.
Algunos me costaron sólo perder el tiempo y otros bastante más caro como lesiones serias.
Pero te aseguro algo: de todos aprendí cosas que me enseñaron más, que cualquier curso que puedas imaginar.
Pero como dijo el sabio…
"Una persona inteligente aprende de sus errores.
Una persona sabia se beneficia de los errores de los demás."
Por tanto, si eres de los segundos, podrás beneficiarte de esos errores que yo cometí, sin tener que sufrir “en tus carnes” la frustración de pasar por ellos.
Y sobre todo… si los evitas, tu cuerpo te lo va a agradecer eternamente.
Vamos allá:
1. Entrenar sin plan.
Entraba al gym sin rumbo. Improvisar puede parecer divertido, pero sin un objetivo claro y una estrategia, solo das vueltas.
Un buen plan = progreso real.
2. Cambiar la rutina cada semana.
Pensaba que más variedad era mejor. Spoiler: no.
El músculo crece con repetición progresiva, no con novedad constante. Haz lo mismo, hazlo mejor.
3. No llevar seguimiento.
No apuntaba pesos, repes ni progresos.
Lo que no se mide, no mejora.
Hoy uso apps o papel, pero siempre sé exactamente qué hice y qué toca después.
4. Priorizar el peso sobre la técnica.
Ego lifting. Levantar para impresionar. ¿Resultado? Mala técnica, lesiones y cero ganancias.
Nadie en el gym te está mirando. Hazlo bien. Punto.
5. No calentar.
Saltarme el calentamiento era lo normal.
Ahora sé que una buena activación prepara cuerpo y sistema nervioso.
Solo necesitas 5-6 minutos. Hazlo.
6. Hacer core al principio.
Trabajar abdominales al principio me dejaba el centro fatigado antes de los ejercicios importantes.
Hoy los dejo para el final, cuando ya no necesito tanta estabilidad.
7. No entender el core.
Creía que el core era solo "abdominales".
Tu núcleo es mucho más: estabiliza, protege y transfiere fuerza.
Si no lo entrenas bien, lo pagas.
8. Respirar mal al levantar.
No sabía crear presión intraabdominal.
Aprender a respirar y bracear bien cambia todo: más fuerza, más seguridad, menos lesiones.
9. Saltarme el sueño.
Dormía poco y mal, y luego me quejaba de no progresar.
Dormir bien es el mejor anabolizante legal. Recuperas, regulas hormonas y rindes mejor.
10. Entrenar en ayunas por moda.
El ayuno no es magia. Y entrenar sin nada en el cuerpo, con el tiempo, se notaba: menor rendimiento y recuperación peor.
Hoy entreno comido y rindo más.
11. Pensar que el cardio era solo para quemar grasa.
Cardio = salud metabólica. Mejora tu VO2max, corazón, circulación, recuperación.
No es solo para perder peso, es para vivir más.
12. Creer que cardio era HIIT o nada.
El HIIT es útil, pero el Zone 2 es oro para la base aeróbica y la longevidad.
Hoy hago ambos. No compiten, se complementan.
13. Pensar que cardio = correr.
El mejor cardio es el que haces con gusto.
Pickleball, remo, bici, senderismo… si te pone a sudar, sirve.
No necesitas correr para tener salud cardiovascular.
14. No usar máquinas.
Por postureo o ego, evitaba las máquinas.
Gran error. Son ideales para llegar al fallo sin castigar las articulaciones.
Hoy combino libres y máquinas.
15. No escuchar mi cuerpo.
Dolor, sobrecargas, molestias... y yo seguía.
El cuerpo avisa. Si no escuchas, te lo cobra. Y con intereses créeme. Cuando pienso las veces que me lesioné… por tonto…
16. No comer suficiente proteína.
Intentaba progresar sin darle al cuerpo lo que necesita.
La proteína es clave si quieres músculo: mínimo 1.6 g/kg al día. Siempre.
17. No hidratarme bien.
No bebía suficiente agua.
El músculo es casi 3/4 agua.
Y con electrolitos mejora todo: energía, fuerza, recuperación.
18. Usar el entrenamiento como castigo.
Comía mal → al gym a “pagarlo”.
Esa relación te destruye.
Hoy entreno para cuidarme, no para culparme.
19. Llevar el móvil al gym.
Scroll, distracción, pausas eternas…
El móvil te saca del foco. Lo mejor que hice: dejarlo fuera o en modo avión.
20. No buscar un buen coach antes.
Tener un entrenador acorta el camino.
Te guía, te corrige, te empuja.
Hoy tengo mentores en negocio, salud y mentalidad. No esperes a necesitar uno para buscarlo.
CONCLUSIÓN.
Estos errores me costaron años de frustración.
Tu trabajo es detectarlos en ti, marcarlos y eliminarlos.
Siempre digo que muchas veces, es más importante eliminar, que añadir más.
Seguro que quieres ganar músculo, entrenar mejor, vivir más... pero para eso empieza quitándote de en medio antes todo lo que no te sirve.
Hugo - NogymNOlimits
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