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Cómo dejar de improvisar tu salud (y empezar a progresar en serio).

"Hugo, yo ya sé lo que debería hacer... el problema es que no lo hago."
Esto es algo que me repiten muchísimo.
Y es normal.
El día a día nos come: trabajo, familia, imprevistos, compromisos sociales…
Cuando llega el momento de entrenar o comer bien, improvisamos.
Y ahí está el fallo.
La improvisación siempre pierde contra el cansancio y contra el piloto automático.
Si no tienes un plan claro, acabas tirando de lo fácil: comida rápida, saltarte el entreno, acostarte tarde.

Lo he vivido yo mismo.
Hubo etapas en las que entrenaba a deshoras, me saltaba las caminatas, y comía “lo que pillaba”.
¿Resultado? Energía por los suelos y frustración porque, a pesar de saber tanto sobre salud, no lo estaba aplicando.
La clave para salir de ahí no fue buscar la dieta perfecta ni la rutina más avanzada.
Fue organizarme mejor.
Un ejemplo puede ser una estructura semanal muy simple como esta:
Planificar 3 entrenos de fuerza.
Bloquear en la agenda 2–3 sesiones de cardio en Zona 2 (caminatas rápidas, bici o senderismo).
Marcar objetivos de pasos y sueño.
Escribir menús básicos con 30 g de proteína en cada comida.
Hacer un checklist de hábitos (agua, sol, caminatas post-comida, respiración profunda).
¿El secreto? Que no tienes que hacerlo cada día.
Con una sola vez a la semana (domingo por la tarde, 5–10 minutos), te vale.
Así, cuando llega el lunes, ya tienes claro qué toca entrenar, qué comer y qué hábitos debes cumplir.
El estrés baja, la adherencia sube y, sobre todo, eliminas la típica excusa de “no tengo tiempo”.
La gente cree que esto es rigidez.
Pero en realidad es lo que te da libertad.
Porque puedes improvisar cuando quieras, pero no dependes de la improvisación.
Y aquí es donde te va ayudar un planificador que reúne todo esto en un solo documento (entrenos, pasos, comidas y hábitos) y te va a venir muy bien.
No es una tabla más: incluye ejemplos reales, un sistema de revisión y hasta una mini guía para que sepas exactamente por dónde empezar.
Déjame contarte un poco porque es la base de todo:
Reglas de oro.
No se trata de hacer cien cosas, sino de escoger 3–5 y cumplirlas pase lo que pase. Por ejemplo: entrenar fuerza 3 veces a la semana, hacer 2–3 sesiones de cardio en Zona 2 de 30–60 minutos, asegurar 30 g de proteína en cada comida, beber 2–3 litros de agua (con electrolitos si sudas mucho) y dormir entre 7 y 9 horas.El sol como medicina.
Dedicar 10–15 minutos por la mañana a la luz natural regula tus hormonas, mejora tu metabolismo y hasta tu apetito.Pequeños hábitos invisibles.
Una caminata de 10–15 minutos después de comer puede marcar la diferencia en cómo tu cuerpo maneja el azúcar en sangre. Y algo tan sencillo como apagar pantallas 60–90 minutos antes de dormir mejora la calidad del sueño sin necesidad de suplementos caros.Zona 2 sin complicaciones.
Muchos me preguntan cómo saber si están en cardio de Zona 2. La regla es simple: debes poder mantener una conversación. Técnicamente es entre el 60–70% de tu frecuencia cardíaca máxima, pero lo más práctico es ese “ritmo estable, no HIIT”.El comodín salvavidas.
Uno de mis trucos favoritos: tener siempre a mano comidas rápidas ricas en proteína. Huevos, yogur griego, latas de pescado o legumbres. Te sacan de cualquier apuro y evitan que recurras a la comida basura.
Esto no son teorías. Es lo que yo aplico a diario y lo que ha permitido que muchos de mis clientes pasen de sentirse perdidos a tener un sistema claro.
No es magia.
Pero sí es la diferencia entre repetir los mismos errores cada semana o empezar a avanzar con consistencia.
Piénsalo: ¿qué pasaría si en vez de improvisar tu salud 52 semanas al año, tuvieras un plan claro cada domingo?
Probablemente, dentro de un año, no solo estarías más delgado y fuerte.
Estarías más tranquilo, más enfocado y con más energía para todo lo demás.
Así que no te entretengo más👇🏼
Un abrazo.
Hugo